Se siente vacío adentro, con los ojos cerrados no se escucha nada, es la soledad hecha esencia, es el ensimismamiento en potencia, es encontrarse a uno solo consigo mismo y darse cuenta que eres la ultima persona con la que quieres estar, y que el interior de tu mente es el ultimo lugar donde deseas estar.Es aceptar que no somos lo que deseamos y que lo que deseamos ser no lo alcanzaremos, por lo menos en esta vida – la libertad – la absoluta, de la que ni siquiera estamos enterados, estamos tan acostumbrados a este encierro que ni nos atrevemos a mirar mas allá de la ventana, no hacemos el mínimo esfuerzo en doblar los barrotes corpóreos para alcanzar lo etéreo.Y no es que no quiera escapar, porque lo quiero hacer, no se adonde llegare o si de hecho llegare a “algún lugar” por así decirlo, alcanzar ese diminuto punto en el tiempo y en el espacio, o diluirme en la grandeza del infinito y volverme uno con él, pero me hacen falta algunas herramientas, no he sabido de nadie que por mas que quiera escapar roa los barrotes de su celda hasta ver que puede mas, el hueso de sus dientes, o el acero de los barrotes, la capacidad de abstracción de mi mente, la desligación de ella y mi cuerpo, la sublimación de los pensamientos, contra los vicios y ataduras carnales que me desvían de la meta.Ya ni siquiera es una cuestión de cuestionar el por qué querer escapar, o el si de hecho se puede escapar, me he entregado al “veremos” de esas respuestas, pase lo que pase algo pasará, y es imperativo el saber qué, no puedo simplemente esperar a que llegue la hora y como si no hubiese estudiado para un examen sentarme en un pupitre a escribir yo no se qué, se trata de aprender, recuérdalo, de entender mas que todo, que la vida es solo un sueño y que el día a día es solo un destello en la inmensa luminosidad que es nuestra alma.Transitoriedad, es la palabra que mejor describe nuestros aproximados 70 años de vida, no es nada, es una millonésima parte de un micrón de instante en nuestra atareada jornada a través del infinito, preocuparse por ella seria preocuparse por encontrar una pieza que no entendemos, una pieza de un rompecabezas que ni siquiera estamos seguros de cómo es, un rompecabezas que no sabemos siquiera si existe, de eso se trata de entender el rompecabezas, en la abstracción radica la comprensión de lo incomprensible, en ver lo que no esta allí, en pensar lo impensable, dejar de ver las líneas, bien sea para ver el párrafo, o para ver los trazos diminutos que componen las letras, dejar de ver cuatro paredes para ver el infinito, o ver la cal de la que están hechas, dejar de ver el cuerpo, para ver el alma, la mente, dejar de ver la vida para contemplar el ciclo entero, el nacimiento e incluso la muerte.Da miedo pensar en no estar después de ella, llegar la borde del precipicio, saltar y darte cuenta que la cuerda bungee que tanto nos prometieron no esta ahí, “Y yo que nunca aprendí a volar”, pero ¿y si hay cuerda?, sería lo mas maravilloso darse cuenta que la espera en la fila no es tan excitante como caer al vacío sabiendo que nos espera, pero ¿y si no?, el hecho es que esa es la peor combinación de palabras ¿y si...? indican que no hiciste lo que dijo tu corazón, llegar al día final y decidir no lanzarte y simplemente morir resignado a otra vida, a otros 70 insignificantes años en un ciclo eterno de dolor, placer, tentaciones y carne, para algunos estará bien, pero en algún momento cansa.Por eso he decidido no esperar, no es de mi agrado hacer filas, ni vivir o morir arrepentido, no importa si hay o no cuerda, por lo menos diré que por 5 segundos pude volar, por eso gracias a Prieto Beretta alcanzaré tal vez no de la manera mas digna ese momento unos 50 años antes.A todos, adiós, y nos vemos en la eternidad...
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